Mis hijas de 3 y 5 años pasan largos rato de juego autónomo, ya sea las dos juntas o solas, incluso en muchas ocasiones nos invitan a su papa o a mi abandonar su espacio de juego porqué «queremos jugar solas», y se sienten más libres sin la mirada adulta.
A veces nos preguntan cómo lo conseguimos, y no sabríamos decir, al fin y al cabo las expertas en jugar en casa son ellas.
Pero ahí van algunas ideas de lo que nos ha funcionado:
- Ofrecer presencia y compartir momentos no significa dirigir el juego. Des de bien pequeñito el niño o la niña es el que debe experimentar con los materiales, el papel del adulto es presenciar esos descubrimientos y validar la acción del niñx.
- Paciencia. No os preocupéis si veis que en un primer momento no saca todo el partido que podría de ese material o juguete le habéis regalado, ya irá descubriendo todas sus posibilidades y con seguridad superará vuestras expectativas. No nos adelantemos dando demasiadas instrucciones o juzgando el tipo de juego de nuestro hijos.
- Compartir ratitos de juego de calidad, con atención plena y retirarse después a hacer otra cosa.
- Compartir espacios en los que cada uno hace cosas diferente. Ellas juegan y yo leo, estudio, hago punto, etc. Al principio hay interrupciones continuas pero la cosa mejora con el tiempo – Vuestro trabajo es jugar, y mamá hace otras cosas que la divierten – (siento deciros que no sabemos por qué pero no funciona cuando estas con el móvil).
- !Mama, papa, estoy aburrida! Estupendo. Hoy tienes una gran oportunidad para crear. Del aburrimiento surgen las mejores ideas.