Propongo cambiar el concepto de grupos de lactancia o crianza por el de grupo de “mamás en apuros”, que enseguida da a entender que lo de ser mamá tiene tela, que lo de mamá apurada es muchas veces un eufemismo de mamá atacada y que más que reflexionar sobre la maternidad lo que me iría bien en estos momentos es que me sujetes al niño que voy al baño.
Pues eso, nada de aspirantes a mamá del año, ni formas parte de la “tribu” pero sólo si colechas, amamantas, eres de la cruzada anti papillas y sabes lo que es una caja de permanencia. Pues no señoras, no se lo que es una caja de permanencia (ver Montessori) y últimamente tampoco se lo que es darse un baño, así que insisto ¿podrías sujetarme un ratito al niño?
¿Qué es eso de “hacer tribu”? ¿Sentarse en círculo a hablar de nuestra vivencia de la maternidad? puede que sí, algo de eso hay, pero preferiría que nos acompañáramos en esas vivencias. Te explico, te propongo tomar café juntas a primera hora de la mañana cuando tu retoño ha pasado mala noche y no tienes ganas ni de peinarte, y me da igual que tu casa parezca el escenario de una batalla campal, para serte franca la mía está peor. ¿Por qué no arreglamos primero la tuya y luego la mía? Así, sin complicaciones, que los niños se vayan conociendo, de momento no hay peligro de que se muerdan, no tienen dientes…
En la tribu las mamás cocinan juntas, comen juntas, sujétame al bebé que yo muelo la mandioca… ¿Qué hay más terapéutico? y de paso a ver cómo amamantas tú. Eso sí es a mi entender compartir la crianza. Yo diría que lo de verse dos veces al mes y hablar de cómo tu bebé tolera los sólidos tiene menos que ver con lo de la tribu, las mamás necesitamos acompañarnos emocionalmente pero sobretodo necesitamos compañía y de la buena, de la de sujétame al bebé que yo muelo la mandioca.
Así que mamás… compartamos ¡tomemos las calles! Los bebés con cólicos también, a la plaza con las rabietas, los que toman pecho pasados los tres años… que nadie quede fuera. Ninguna mamá sola.
Apostemos por una crianza compartida y no comparada. No contribuyamos a la imagen de la súper mamá que ha de poder con todo sola e ir siempre con la sonrisa puesta. No queremos ayuda ¡somos muy capaces!, simplemente y como requerimiento de nuestra especie no queremos estar solas, necesitamos criar acompañándonos… necesitamos compartir la mandioca.